Esta semana, hace tan solo dos días nació un nuevo miembro en al família, así que en honor a todos los bebés y en el de los padres, hoy les dedicamos unas líneas.
Además del color de los ojos, de las primeras cosas que miran los padres al nacer su hijo, es el color del pelo, que van muy relacionados y es muy posible que cambien con el tiempo.
El color del pelo del bebé está ligado a los genes, es la herencia la que define en el momento de ser concebido si será rubio, moreno, castaño o pelirrojo.
Se dice que tanto el color, como la cantidad y la densidad pueden cambiar durante los primeros meses de vida, siendo en realidad una caida y no un cambio lo que lo provoca.
El pelo con el que se nace cae y crece uno nuevo. A veces cae de forma imperceptible y en ocasiones a mechones, siendo siempre primero la parte con más roce. Alrededor de los seis meses empieza a crecer el pelo definitivo aunque la duración del cambio puede ser de meses o superar el año y podra ser del mismo color que tenía o de otro. Podría suceder que el bebé naciera con el pelo oscuro, éste caerse y luego al ser remplazado por el definitivo fuera rubio.
Las células responsables de dar color al cabello son los melanocitos, productoras de melanina, que también dan color a la piel y al iris de los ojos.
Estas células son aún inmaduras en el bebé y a medida que el niño va creciendo las células van madurando y dando color al pelo. Es por eso que el pelo va oscureciendo con la edad.
Es aproximadamente al año y medio cuando el color del cabello será lo más parecido al que tendrá en la pubertad, cuando se produce un nuevo cambio fisiológico.
Así pués, las leyes genéticas mandan y aunque hagamos cálculos sobre el color de pelo y ojos que tendrá el bebé, no será hasta al rededor del primer año de vida cuando podamos saber su color definitivo, aunque luego pueda irse oscureciendo con los años.
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